SinopsisLa dicotomía entre naturaleza y cultura, presente en todos los territorios de la vida del Homo Sapiens Sapiens (HSS), se manifiesta con particular convicción en el universo de la palabra. Por un lado existe una lengua académica paradigmática, normada por la lógica formal, codificada en precisas divisas gramaticales, estructuradas con supuesto rigor y exactitud, que ante todo busca la corrección oral y escrita; por otro, una lengua -podríamos llamarle sub lengua- no convencional, creada de manera espontánea, que establece sus propias reglas nunca codificadas en tablas gramaticales y que no busca la perfección lingüística sino una expresión verbal más instintiva que convencional. Mientras el lenguaje académico pretende culturalizar la lengua, el de los modismos -el caló- quiere biologizarla, ponerla al servicio de las necesidades instintivas de la comunicación idiomática y aligerarla al máximo de cargas e imperativos morales; es decir, que al tiempo que la preceptiva académica sofistica la lengua, la torna elegante y correcta, el caló la sustrae de todo ropaje, la desnuda y quiere convertirla en vocera de los impulsos primarios del HSS. La lengua convencional y académica trasluce las aspiraciones de la civilidad y la cultura; el caló obedece instintos que la civilidad y la cultura reprimen en mayor o menor grado, de ahí que reivindique una forma expresiva que se aparte de la convencionalidad verbal y la trasgreda. La lengua académica construye su discurso a partir de la lógica y el canon; el caló abreva su léxico de instintos elementales que suelen estar prohibidos en los espacios convencionales, conquistando con ello un espacio lingüístico propio. De algún modo, el lenguaje de los modismos es la rebelión del cuerpo contra los excesos y la incomodidad de la cultura.